Manejo de las exigencias en época de pandemia
Estamos acostumbrados a vivir corriendo en nuestra vida habitual e incorporar hábitos que se vuelven parte de nuestra rutina sin muchas veces preguntarnos si estamos de acuerdo o no con la forma en que vivimos, acostumbrándonos a nuestros patrones de acción y pensamiento, pero no desde un lugar de resignación sino más bien por la imposibilidad de poder frenar al mantenernos constantemente respondiendo a aquellas cuestiones que requieren nuestra atención y ocupación.
A veces se nos presentan situaciones que de alguna u otra forma nos obligan a frenar y es ahí, en momentos de crisis, donde nos vemos obligados a generar cambios e incorporar nuevas estrategias que nos permitan seguir avanzando, aunque sea en una nueva dirección.
Hoy estamos viviendo momentos distintos que nos sacan de nuestra rutina, que nos proponen generar cambios de hábitos y es una buena oportunidad para que podamos frenar no solamente desde nuestras acciones, si no también, permitiéndonos habilitar un espacio de introspección.
No hay una forma de percibir la realidad correctamente, pero es importante detectar si lo estamos haciendo desde un lugar propio de exigencias, competitividad, culpa o frustración que tal vez en un momento de cambio debamos flexibilizar.
En estos tiempos donde la vida nos impone un freno, la invitación es no solo a modificar los hábitos que así lo requieran, sino también, a replantearnos cuales son nuestras propias características que sin darnos cuenta se transforman en demandas internas y que tal vez también necesiten un cambio. Para ello primero deberemos interrogarlas para luego, si es necesario, poder flexibilizarlas; Por ejemplo ¿Porque exigirnos un alto nivel de productividad en nuestras tareas aún más que lo habitual en esta época de cuarentena dentro de casa?
Es fundamental organizarnos y tener proyectos, pero si estos los planteamos desde nuestras exigencias y no desde nuestros deseos o posibilidades probablemente no podamos sostenerlos, o de realizarlo, llevarlos adelante nos genere mucha tensión.
Muchas veces los cambios externos deben ser acompañados por cambios internos para poder llevarlos adelante en armonía y evitarnos de lo contrario autogenerarnos una carga excesiva que nos produzca estrés.
En momentos de crisis muchas veces los cambios son reacciones y no elecciones, tratemos entonces de que nuestros cambios sean elecciones con conciencia desde un lugar de autoconocimiento siendo capaces de cambiar o flexibilizar aquellas características nuestras que nos cargan, y que nos conducen, en esta época de crisis externas, a crisis internas para poder mantener así nuestro bienestar.