La IRA suele ser una variable destacada a la hora de hablar de estrés. Un manejo poco eficiente de nuestras emociones, puede generar que una molestia se convierta fácilmente en una explosión de ira desproporcionada, produciendo así una reacción de estrés agudo muy dañino para nuestra salud.
Hoy sabemos que un episodio de ira aumenta 2,5 veces la probabilidad de infarto durante LAS 2 horas posteriores. Es por esto que un adecuado manejo emocional es fundamental
No se trata de reprimir el enojo, sino de expresarlo de forma asertiva.
Recomendemos para esto “DIFERIR LA RESPUESTA”, es decir, postergar la reacción para poder dar lugar a la razón.
Cuando estamos atravesando el pico de la emoción de enojo nuestro lado racional suele nublarse, bloquearse, ya que en otras épocas más primitivas de la humanidad esto nos permitía pasar al acto defensivo sin frenar. Allá y entonces esto era adaptativo, adecuado para la supervivencia, pero hoy convertirnos en primates reactivos iracundos cuando tenemos un conflicto nos juega más en contra que a favor.
Los invitamos entonces a DARSE TIEMPO para que la emoción baje y poder dar una respuesta asertiva, mediada por el pensamiento. Darnos tiempo puede ser contar hasta 10, respirar profundo, expresar la necesidad de tiempo, darse una ducha o distraerse con otra cosa hasta que puedan pensar con claridad.